sábado, junio 18, 2005

ENSOÑACIONES

Fue una noche calurosa, abrigado por sus propios miedos y al calor de sus pecados, no conseguía conciliar el sueño. Un sueño deseado, anhelado y que empezaba a sentir cada vez que volvía a despertarse, un sueño aún más cálido, que le permitiría refrescar su mente, al igual que le refrescaban las perlas de sudor que cubrían su cuerpo cual rocío matutino. Sensaciones, ensoñaciones, los guardianes de sus pecados no le dejaban descansar y sus futuros pecados alteraban cualquier posibilidad de descanso emocional. La tensión era más fuerte que él, se sentía arrancar sus miembros, al igual que sentía morir sus ilusiones cada vez que volvía a despertarse; ¿ la ansiedad? , ja , una broma del destino; ninguna sensación era comparable a la desazón que le cubría, desazón que aumentaba la temperatura de su cerebro. Sus ideas en ebullición no le permitían comprender que era lo que ocurría, que era lo que perdía cada vez que volvía a abrir sus ojos, pero sentía esa perdida, perdida irremediable.

El gran miedo lo poseyo, lo atenazaba y no lograba sobreponerse a él, el pánico le hacía enroscarse aún más sobre si mismo provocando más calor, axfisiante calor, calor paralizante y sudoroso, caldo de cultivo para sus miedos que crecían como la temperatura. Estaba preso, inmovil, incapaz, atemorizado, inutil, poseido por sus propios fantasmas y por los demonios de sus pecados futuros.

Al fondo, una luz, una luz que provocaba más calor dentro de esa espiral en la que estaba preso. Y en la espiral dos caminos: el que conduce al inicio de sus miedos y el que lo expulsa al mundo irreal. Un giro, un brusco movimiento que le permite cambiar de postura, extender todo su cuerpo y estirar todos sus miembros, para buscar una nueva postura que le conduzca a la parte exterior de la espiral, que lo expulse de nuevo al mundo irreal de los sueños continuados. Un esfuerzo de no concentración, para dejarse llevar hacia el exterior, una distensión mental para cambiar la dirección de sus pensamientos y salir impulsado al ancho mar de los sueños felices. Aprovechar la propia fuerza que le conducía al abismo para salir hacia arriba, no bajar, sino subir, y con la subida disfrutar de la plácidez de los nuevos caminos y de la incognita de los mundos a descubrir. Al fin lo consiguió y durmió.

Texto influenciado por el recuerdo de "los malditos" : Baudelaire, Mirbeu, Flaubert, Kafka y tantos otros que han plasmado metáforas de estados de ánimo y sentimientos con toda la crudeza imaginable recreando atmosferas que contenían la esencia de su pensamiento. Y todo esto en la playita..., quien lo diría..........

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