MASCLETA
Al final no vi ninguna cremá, se hizo muy tarde y hoy debía trabajar, por lo que este año no hay imágenes mías de fallas quemándose. Si el tráfico de internet me lo permite, si que quiero colgar una foto de una mascletá y una de una falla, más que nada por cerrar el círculo que abrí el pasado viernes. Ahora bien, llevo más de 15 minutos intentando subir una foto y no sube, por lo que he empezado a escribir, así que si no sube, en esta ocasión al menos, valdrán más 1000 palabras que una imagen.
De cualquier manera, ya han terminado las fallas y vuelvo a la normalidad, pesada y abrumadora normalidad que como una túpida niebla hace lento el camino. Camino que hay que recorrer obligatoriamente y que precisamente por eso se hace más pesado. Menos mal que cada día, ese camino tiene un final, final con parada y fonda, fonda en la que me paro a escribir estas letras que me hacen sentir bien. Párrafo de repeticiones, como la vida misma que nos hace tropezar una y otra vez en la misma piedra y que nos permite levantarnos para volver a tropezar, pese a que en ciertos momentos nos cansemos de esa espiral que nos tiene enganchados. Cuantas veces cambiaríamos nuestro destino en la vida sin que seamos capaces, cuantas personas estamos enganchadas a un estilo de vida que no es el que deseamos. Esa espiral que nos mantiene prisioneros de nuestro estilo de vida se ha mimetizado tanto con nosotros que quizá no seamos más que nosotros mismos, irreconocibles en algún momento, pero nosotros.
Bueno, la primera foto ha subido, así que voy a probar con la segunda y como no podía ser de otra forma mis obligaciones me recuerdan que debo ir a dormir para mañana madrugar y proseguir con mi contrribución a la espiral, así que una falla y ¡¡¡hasta mañana!!!
De cualquier manera, ya han terminado las fallas y vuelvo a la normalidad, pesada y abrumadora normalidad que como una túpida niebla hace lento el camino. Camino que hay que recorrer obligatoriamente y que precisamente por eso se hace más pesado. Menos mal que cada día, ese camino tiene un final, final con parada y fonda, fonda en la que me paro a escribir estas letras que me hacen sentir bien. Párrafo de repeticiones, como la vida misma que nos hace tropezar una y otra vez en la misma piedra y que nos permite levantarnos para volver a tropezar, pese a que en ciertos momentos nos cansemos de esa espiral que nos tiene enganchados. Cuantas veces cambiaríamos nuestro destino en la vida sin que seamos capaces, cuantas personas estamos enganchadas a un estilo de vida que no es el que deseamos. Esa espiral que nos mantiene prisioneros de nuestro estilo de vida se ha mimetizado tanto con nosotros que quizá no seamos más que nosotros mismos, irreconocibles en algún momento, pero nosotros.
Bueno, la primera foto ha subido, así que voy a probar con la segunda y como no podía ser de otra forma mis obligaciones me recuerdan que debo ir a dormir para mañana madrugar y proseguir con mi contrribución a la espiral, así que una falla y ¡¡¡hasta mañana!!!
FALLA
1 comentario:
a mí me parecen todas iguales,todos los años, por los siglos de los siglos...AMEN.Una que se sale un poco de lo común es la de arrancapins,(c/ Pintor Vila Prades).No tienen fallera major ni participan en los premios...página web www.arrancapins.org
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