Hay momentos en los que tengo la necesidad de ser básico, elemental, de no preocuparme por las apariencias, ni por nadie, ni nada. En esos casos sé que rozo la vulgaridad. Utilizar expresiones soeces, explicar pensamientos inimaginables, hacer comentarios escatológicos, escandalizar al más puro estilo Homer Simpson.

1 comentario:
Todos tenemos una parte vulgar, y dejarla salir de vez en cuando está muy bien :-p
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