sábado, agosto 19, 2006

CUARENTA CUMPLEAÑOS


Este es el año de mi quinta, los del 66 cumplimos cuarenta. Yo ya lo he hecho y algunos de mis amigos más cercanos también. Ayer era el día del de la foto, foto tomada hace 19 años, lo cual se dice pronto. Se trata de mi amigo Santiago García Ferrero (Santi si alguien pone tu nombre en el Google te saldrá este enlace, supongo ... :-) ). Hace muchos años que perdimos el contacto asiduo y que nuestro nucleo de amistad se desmembró. Una parte de ese nucleo nos conocemos desde los 4 años y compartimos amistad y muchas más cosas hasta casi la treintena, luego ya se sabe, la vida te coloca en situaciones, las situaciones se transforman en condicionantes y crecen las obligaciones, así que al final cada uno por su lado. Aparte de todos esos condicionantes, en el caso de Santi, cada vez que nos hemos reencontrado (que han sido muy pocas) ha resultado todo muy familiar, casi como si nos hubiéramos visto el mes pasado y es que Santi exuda humanidad, no ha cambiado en 20 años y sigue siendo el mismo que te habla con una sonrisa en los ojos y en la boca una fecha de algo gracioso que ocurrió hace mucho.


Ayer fue una noche de enfrentarme a mi pasado, en el que había de todo: certezas, incertidumbres y seguridades. En el caso del homenajeado la certeza de que seguiría siendo igual, en otros muchos la incertidumbre de cómo nos relacionaríamos y cómo habrían llegado hasta allí y en algún otro la seguridad de que lo que muere, muerto está. Tenía motivos para no haber acudido ya que el muerto olía y no me apetecía enfrentarme a "fantasmas", pero consideré que el hecho de ver a todos los demás valía la pena suficientemente como para aguantar un poco de olor a basura. Realmente acerté, valió la pena reencontrarme con mis amigos de antaño y conocer a nuevas personas.

Cuando pasa tanto tiempo, resulta difícil, has perdido el hilo de la continuidad y tienes muy presentes las diferencias. Esa distancia se convierte en un abismo al que cuesta enfrentarse, los temas de conversación aparecen difusos, no quieres recurrir al pasado pues resulta muy evidente que es lo único que te queda en común, resulta complicado. Siempre hay personas que saben saltar ese obstáculo con gracilidad y elegancia. Sin duda Santi fue una de ellas, pero hubo más. Una grata sorpresa en ese sentido fue la mujer homónima de un gran amigo y compañero de clase (no doy nombres pues no sé si les gustará aparecer publicados, pero con las pistas más de uno sabrá a quién me refiero). Se trata de personas que tienden puentes frágiles pero amplios y que te muestran su nueva realidad convirtiéndola en accesible, eliminan los obstáculos que produce ese vacío temporal y facilitan el reencuentro.

Algo muy importante a tener en cuenta por mi a partir de ahora, no es que aprendiera una lección ya que la lección la conocía, sino que pude comprobar en la práctica lo chulo que resulta ponerla en práctica. Entre todos los que estaban por allí se encontraba el primer compañero de curro de tuvo mi amigo Santi, 25 años de amistad que se mantienen y ante los que no se puede hacer otra cosa que admirar a dos personas que han sido capaces de mantener vínculos por encima del tiempo. Me gustaría poder decir y hacer lo mismo, así que pienso ponerme las pilas e intentar hacer algo más de mi parte para que me pueda ocurrir lo mismo con todos mis amigos e incluso recuperar la relación con otros muchos que nunca han dejado de ser AMIGOS.

Como primera tarea y haciendo honor al título me voy a proponer asistir a cuarenta cumpleaños de cuarentañeros en este 2006, a ver si soy capaz, ya llevo 4 así que ...

4 comentarios:

NeiLDC dijo...

Que bien escrito.He acordado tambien mis amigos que nunca he visto desde cuantos años, la verdad es muy dificil mantener esa hilo porque a veces estan ya en todos los partes del camino y a veces se olvidan a llevarlo. Se olvidan y se caen en el camino y a veces lo unico que pueden hacer es mantener esas recuerdos que estan en la distancia del pasado.. Un saludo!

Anónimo dijo...

Lo bonito de una amistad es poder hablar de cosas cotidianas. ¡Qué difícil es ponerse al día en dos horas de diez años atrás! Lo bonito del reencuentro es la oportunidad de volver a verse con más asiduidad.

Alcance dijo...

Exacto, eso es lo que pretendo intentar aprovechar, aunque ... ya veremos ...

Anónimo dijo...

Los buenos amigos se distinguen por muchas cosas: entre ellas es que el tiempo no debería afectarle demasiado. Quizá los años hacen evidente en algunos casos que lo que nosotros creíamos una gran amistad, era sólo una cierta afectividad, y es posible que nos choque darnos cuenta de ello.