Si, no os habeis equivocado, hoy es domingo, pero quiero enlazar con mi última escritura, la del viernes noche y aprovechando que empezaba ese post hablando de una semana de terror en cuanto a lo laboral, me ha parecido adecuado titular este post con una referencia al día más terrorífico de la tradición norteamericana.
Pues si, la semana comenzó con terror, el lunes como primera tarea de la semana debía despedir a un "colaborador", después de 4 años justos de mantener ese estatus tan político como "colaborador". Podría defirnirlo por su categoría profesional o por su posición en el escalafón empresarial, pero ambas me parecen subjetivas y en el fondo aunque haya quien crea que eso no puede ser, yo al menos, prefiero plantearme las posiciones laborales como colaboraciones en el desempeño de conseguir el buen fin de algo. Bueno esto viene al hilo porque se trata de una persona con una cualificación muy inferior a la necesitada para el desmpeño de su posición, pero a la que he ayudado durante tres y medio de estos cuatro años, persona a la que creía haber visto "crecer" y que en determinado momento me abrió los ojos respecto a mi propio engaño. Se trata de una persona que vive en un mundo particular, inestable psicológicamente y con frecuentes crisis histéricas que lo sacan habitualmente de si mismo y en las que exacerba su individualismo y su soledad frente al mundo exterior que le agrede. Dada esta somera descripción que hago os podeis hacer una idea de porque mi superior decició de motu propio acompañarme a realizar tan desagradable tarea.
Ambos dos nos temíamos una reacción exagerada, tampoco es que en concreto esperaramos una reacción violenta, pero si que lo que es un trámite desagradable en si mismo, he tenido que despedir a muchas personas (por desgracia) y ni en el más deseado de los casos ha sido algo normal, siempre te queda un mal sabor de boca y trascienden las sensaciones personales, sobre todo piensas en el caso que tu estuvieras en su lugar. Además en una ocasión fui despedido también, así que se perfectamente lo que se pasa en estos casos. En este caso concreto, el nerviosismo nos conducía al paroxismo y nos pasamos las dos horas Valencia-Alicante, imaginando las diversas reacciones que podían ocurrir en esa tarde lluviosa y desagradable, aunque lo que teníamos por seguro es que en cualquier caso podrían ser no habituales y por lo tanto desconcertantes..
Pues eso fueron: desconcertantes, tras una primera sorpresa producida por la presencia de nuestro Director (cuando únicamente me esperaba a mi), tuvo la capacidad de reconvertir todos sus sentimientos en un disfraz de conveniencia por la situación que nos dejó estupefactos. Pasó de convertirse en una persona que quedaba sin trabajo (con lo que eso conlleva hoy en día) a ser una persona con un horizonte de posibilidades tan infinito como el mismo horizonte, ¡le estábamos haciendo un favor!, a buen seguro no era ese su trasfondo, pero su instinto de supervivencia le indicaba que debía mantenerse fuerte ante nosotros y fue capaz de mantener esa postura durante tres horas, incluso invitándonos a tomar un café. Únicamente perdió esa compostura o disfraz durante ese café en el que pretendió que pese a que se pagaban 45 días por año trabajado y se le enviaba al paro intentar conseguir más dinero como indemnización. A continuación nuestra respuesta fue que si seguía por ese camino lo podía perder todo y estar en la misma situación sin indemnización y sin derecho al subsidio, por lo que fue el único momento en el que agachço las orejas. Definitivamente, el despido más surrealista de mi carrera profesional, nunca había visto a alguien tan feliz ante el abanico de oportunidades que le ofrecía ese cambio en su vida. Un alarde de positivismo, que en circunstancias normales tiene lugar unos días después de la desgracia, pero en este caso afloró en apenas 50 segundos tras conocer la noticia.
Una experiencia más , que enlazada con la que me viene en las próximas dos semanas, me hacen pensar que siempre estaré rodeado de personajes. Y es que como ya sabeis : "A rey muerto, rey puesto". Ya tenía seleccionada una persona para cubrir la vacante y las dos próximas semanas estaré totalmente volcado en su formación "in situ". Esta persona parece pertenecer a un patrón de personalidad totalmente opuesto y no porque yo lo haya querido así, sino porque era la menos mala de la selección de personal (tema que daría para varios post aunque ya tuvo uno, aunque corto). El caso es que le apodo o "malnom" que ya le he colocado es el de "Ned Flanders", por si alguien no conoce al personaje en cuestión , es el vecino ultracatólico de la familia Simpson, que siempre habla en diminutivos y pasa su vida vinculado a la iglesia (aquí su biografía) y todo ello por que mi nueva colaboradora ya me ha dado algún motivo para pensar así.
Así que despues de una semana terrorífica, me esperan 15 días de pánico absoluto, rodeado de moñerías y con otro personaje de cuidado, aunque este parece ser que más capacitado para el desempeño profesional que se le exige, que al fin y al cabo es lo que importa, pero el pánico sigue siendo mío...

Pues si, la semana comenzó con terror, el lunes como primera tarea de la semana debía despedir a un "colaborador", después de 4 años justos de mantener ese estatus tan político como "colaborador". Podría defirnirlo por su categoría profesional o por su posición en el escalafón empresarial, pero ambas me parecen subjetivas y en el fondo aunque haya quien crea que eso no puede ser, yo al menos, prefiero plantearme las posiciones laborales como colaboraciones en el desempeño de conseguir el buen fin de algo. Bueno esto viene al hilo porque se trata de una persona con una cualificación muy inferior a la necesitada para el desmpeño de su posición, pero a la que he ayudado durante tres y medio de estos cuatro años, persona a la que creía haber visto "crecer" y que en determinado momento me abrió los ojos respecto a mi propio engaño. Se trata de una persona que vive en un mundo particular, inestable psicológicamente y con frecuentes crisis histéricas que lo sacan habitualmente de si mismo y en las que exacerba su individualismo y su soledad frente al mundo exterior que le agrede. Dada esta somera descripción que hago os podeis hacer una idea de porque mi superior decició de motu propio acompañarme a realizar tan desagradable tarea.
Ambos dos nos temíamos una reacción exagerada, tampoco es que en concreto esperaramos una reacción violenta, pero si que lo que es un trámite desagradable en si mismo, he tenido que despedir a muchas personas (por desgracia) y ni en el más deseado de los casos ha sido algo normal, siempre te queda un mal sabor de boca y trascienden las sensaciones personales, sobre todo piensas en el caso que tu estuvieras en su lugar. Además en una ocasión fui despedido también, así que se perfectamente lo que se pasa en estos casos. En este caso concreto, el nerviosismo nos conducía al paroxismo y nos pasamos las dos horas Valencia-Alicante, imaginando las diversas reacciones que podían ocurrir en esa tarde lluviosa y desagradable, aunque lo que teníamos por seguro es que en cualquier caso podrían ser no habituales y por lo tanto desconcertantes..
Pues eso fueron: desconcertantes, tras una primera sorpresa producida por la presencia de nuestro Director (cuando únicamente me esperaba a mi), tuvo la capacidad de reconvertir todos sus sentimientos en un disfraz de conveniencia por la situación que nos dejó estupefactos. Pasó de convertirse en una persona que quedaba sin trabajo (con lo que eso conlleva hoy en día) a ser una persona con un horizonte de posibilidades tan infinito como el mismo horizonte, ¡le estábamos haciendo un favor!, a buen seguro no era ese su trasfondo, pero su instinto de supervivencia le indicaba que debía mantenerse fuerte ante nosotros y fue capaz de mantener esa postura durante tres horas, incluso invitándonos a tomar un café. Únicamente perdió esa compostura o disfraz durante ese café en el que pretendió que pese a que se pagaban 45 días por año trabajado y se le enviaba al paro intentar conseguir más dinero como indemnización. A continuación nuestra respuesta fue que si seguía por ese camino lo podía perder todo y estar en la misma situación sin indemnización y sin derecho al subsidio, por lo que fue el único momento en el que agachço las orejas. Definitivamente, el despido más surrealista de mi carrera profesional, nunca había visto a alguien tan feliz ante el abanico de oportunidades que le ofrecía ese cambio en su vida. Un alarde de positivismo, que en circunstancias normales tiene lugar unos días después de la desgracia, pero en este caso afloró en apenas 50 segundos tras conocer la noticia.
Una experiencia más , que enlazada con la que me viene en las próximas dos semanas, me hacen pensar que siempre estaré rodeado de personajes. Y es que como ya sabeis : "A rey muerto, rey puesto". Ya tenía seleccionada una persona para cubrir la vacante y las dos próximas semanas estaré totalmente volcado en su formación "in situ". Esta persona parece pertenecer a un patrón de personalidad totalmente opuesto y no porque yo lo haya querido así, sino porque era la menos mala de la selección de personal (tema que daría para varios post aunque ya tuvo uno, aunque corto). El caso es que le apodo o "malnom" que ya le he colocado es el de "Ned Flanders", por si alguien no conoce al personaje en cuestión , es el vecino ultracatólico de la familia Simpson, que siempre habla en diminutivos y pasa su vida vinculado a la iglesia (aquí su biografía) y todo ello por que mi nueva colaboradora ya me ha dado algún motivo para pensar así.
Así que despues de una semana terrorífica, me esperan 15 días de pánico absoluto, rodeado de moñerías y con otro personaje de cuidado, aunque este parece ser que más capacitado para el desempeño profesional que se le exige, que al fin y al cabo es lo que importa, pero el pánico sigue siendo mío...
No hay comentarios:
Publicar un comentario