martes, julio 04, 2006

No sé muy bien como titular esto, así que lo dejo en blanco. Por desgracia en este caso no todos son gracias y siendo Valencia un pañuelo como lo es y con 41 fallecidos no es difícil que tengas algún caso cerca. Me acabo de enterar hace dos minutos del fallecimiento en el accidente de ayer de los padres de una persona con la que mantengo una relación profesional. La relación es muy estrecha con su departamento y bastante superficial con él, pero pese a eso no dudaría en clasificarlo como un "buen tío". No quiero ni puedo pensar, ya que se me encoge el alma lo que puede suponer perder a tus padres de esa forma, así de golpe, los dos juntos. Se me nublan los ojos y el corazón y se entremezcla la rabia con la pena. No puedo evitar sentir impotencia que aumenta por la imposibilidad de manifestar mi apoyo personal y no puedo menos que escribir aquí estas letras como desahogo egoista y como lágrimas de tinta virtual que empañen este pequeño balcón al que se asoman algunos amigos.

Como decía ayer : ÁNIMO

Hoy esperaba escribir en otro tono y sobre otros temas, pero como decía ayer, así vienen las cosas ...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé qué decir...supongo que lo mismo que tú: ánimo

Anónimo dijo...

La verdad, amigo "alcance" es que es bien difícil titular algo como lo que ocurrió ayer en Valencia.
Valencia es un pañuelo, en efecto, como lo es en realidad el mundo, parafraseando al anómino autor de tan celebérrima frase.

Hoy me decía un compañero de trabajo que no entendía tanto revuelo, que a diario muere más gente en las carreteras y no se presta tanta atención. Craso y grave error. Nuca es lo mismo 41 muertes en la carretera -algo a lo que además estamos extrañamente acostumbrados- que 41 vidas que ibana trabajar en un tren suburbano -de los que rara vez oímos incidentes- y que han sido segadas de golpe. Se trata de más de 41 familias golpeadas duramente por la vida, se trata de muchas historias tan sencillas y aparentemente monótonas como las nuestras, pero historias al fin y al cabo, que involucraban a otras muchas historias y que contribuían a tejer parte del manto de nuestra pequeña y segura (?) sociedad.

Nunca podemos caer en el error de la frialdad de la cifra, del morbo de los medios, de la sorpresa de lo desacostumbrado. Pero han sido 41 vidas, 41 personas que ya no existen, que han dejado un vacío enorme en quienes les querían, incluso en los que simplemente les conocían.


Lamento lo de los padres de tu amigo. La vida no te deja recuperarte, cuando tomas aire otro golpe en el estómago te vacía los pulmones y sientes de nuevo opresión y ahogo. Mis condolencias a ese desconocido doblemente herido. Qué injusta puede ser a veces la vida, qué cruel y despiadado el destino, que ruín y despreciable el vivir siendo nada, vencidos a esa azarosa ruleta que a unos los encumbra y a otros los entierra.

Efectivamente, amigo, no puedes evitar sentir impotencia, porque somos impotentes, somos minúsculos, .... no somos nada. Y ante las alegrías parecemos saberlo todo, sentirlo todo, alcancarlo todo.... pero seguimos sin ser nada, y las tristezas nos hacen tocar suelo.

Tus letras son amables, sinceras y sentidas. Y sólo con que algunos amigos, de los que nos asomamos a esta, tu ventana, podamos compartir tu dolor, el dolor de todos los que sufren directa o indirectamente, habrá valido la pena el desahogo -jamás egoista- y la reflexión.

Y son embargo.... la cara alta, al viento, contra la marea y buscando siempre el pequeño rayo de sol que se asoma por entre nubarrones, porque esta extraña vida que vivimos tiene dos de cal y tres de arena, porque mientras haya vida -lamentablemente hoy para unos pocos menos- hay esperanza, y debe haber ganas de vivirla, de darse a quienes nos rodean y con quienes podemos encontrar sentido a esta insípida existencia.

Porque.... el camino es la esperanza, la fuerza el amor, el destino... vivir.

Desde lo más profundo y sincero de nustros corazones, hoy nuestras lágrimas nos mojan el rostro por 41 amigos y sus familias.
Que alcancen aquello bueno que pueda haber tras esta vida llena de inconsistencias...

Me uno a tu.... ÁNIMO.

Un abrazo.